Varios lugares, Puerto Rico
La red eléctrica de Puerto Rico se vio gravemente afectada por el huracán María en septiembre de 2017, lo que provocó el apagón más largo de la historia de Estados Unidos. Partes de Puerto Rico sufrieron cortes de electricidad durante 328 días. Para hacer frente a esta situación, la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) asignó fondos a Puerto Rico para mejoras permanentes destinadas a reforzar y endurecer los sistemas de transmisión, distribución y subestaciones.
CSA presta servicios de diseño y apoyo a la construcción de líneas de transmisión y distribución, subestaciones e infraestructuras subterráneas para cargas críticas como hospitales, instalaciones de respuesta a emergencias, instalaciones de servicio de agua, comisarías y parques de bomberos, entre otros, en toda la isla.
El proyecto también incluyó una fase de evaluación para valorar los daños y definir el alcance de los trabajos. A continuación, el proyecto continuará con el diseño, la obtención de permisos, la fase de licitación, los servicios de construcción y los servicios de cierre, que se llevarán a cabo simultáneamente en múltiples líneas y subestaciones.
Posteriormente, el 18 de septiembre de 2022, otro huracán llamado Fiona golpeó Puerto Rico como huracán de categoría 1, trayendo vientos de 85 mph y más de 20 pulgadas de lluvia a muchas áreas. Toda la isla se quedó sin electricidad debido al impacto de la tormenta.
En respuesta, se ha contratado a CSA para que preste apoyo en la evaluación e identificación de las líneas de distribución eléctrica dañadas. Los objetivos principales de este esfuerzo son recopilar información para futuras reclamaciones de fondos de la FEMA y proporcionar información, para que el personal pueda restablecer la energía de los alimentadores eléctricos evaluados. Varios equipos de CSA trabajaron en las evaluaciones en diferentes zonas de la isla.
En general, el papel de CSA en el apoyo a este esfuerzo es una contribución importante para el restablecimiento de la red eléctrica y la mejora de la resistencia de la infraestructura eléctrica de Puerto Rico frente a futuros desastres naturales.